Pasé mi mas tierna infancia viviendo en un piso encima de Casa Pepe y a dos pasos siempre estuvo el bar Brasil en la
placilleta homónima. Que sí, que ya se que se llama realmente Plaza de los Almogávares, pero yo (y mucha gente) siempre la he llamado y llamaré la
placilleta del Brasil, con aquella farola vieja que tiró un camión marcha atrás a principios de los ochenta (creo), la panadería de mi amigo Manolo Francés, la tienda de "
Borletes" y aquella enorme casa de los Vera. Lugares importantes pero eclipsados por ese pequeño bar que hasta le puso a la plaza su nombre extraoficial y bastante mas conocido que el oficial.
Inde también cuenta un poco
aquí de esto.
Pa colmo mi padre y el
Angel Betoré (su socio de toda vida, ya fallecido) abrieron la oficina técnica en la calle las
Sigüetas y les hacía yo los
recaos, "vete al Brasil y traite un
porroncico,
chorrotero" me decía el
Angel a la vez que me daba cinco duros. La
Elisa preparaba unos porrones de cerveza con
limónada y vino moscatel que al parecer quitaban el
sentío.
En la actualidad el Brasil es un bar de
amplio espectro (esto es
pa ti Pascual) abarca casi todo el abanico hostelero existente actualmente:
- Tasca básica de las de toda la vida
pa echate el vino.
- Bar de tapas.
- Cafetería con terraza.
-
Pub para ir a ver los partidos.
-
Discobar festivo.
-
After hours con
DJ Paco (el dueño) y sesiones de
pachanga con el tema estrella "Es un enorme placer", no se si la canción se llama así, es esa que dice "y esta se va
paradentrooooo...".
El hecho es que este establecimiento entrañable se ha convertido en un fenómeno, las noches de los sábados se pone a tope (y no digo nada en fiestas) sobre todo de gente de mas o menos 30 en adelante. El éxito (creo yo) le viene por varios frentes, uno de ellos es la rapidez en el servicio, Paco (camarero de toda, pero de toda la vida) vuela por la barra como un pulpo, puede estar a la vez tirando una caña, haciendo un café y echando ginebra a un
jintoni (esto lo he visto yo), muy
apurao tiene que estar
pa que tengas que esperar, porque además su ayudante tampoco le va a la zaga.
Es un bar tan importante que en fiestas, el día la víspera, los danzantes hacen torres delante de la puerta y arriba del todo el Rabadán grita "¡Viva Paco el del Brasil!". A ver quien (quitando la virgen de Sancho Abarca) puede decir que le otorgan semejante honor.
Paco, felicidades y que sigas así muchos años.
A ver si pillo alguna foto del bar
pa ilustrar el post.