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jueves, 24 de diciembre de 2009

Pensión II


—Buenos días señorita.
—¿Ein?, ¿tu otra vez puaquí?.
Dígale a Papá que salga.
—¡¡¡Paaaáaaapaaaa!!! ¡¡Questáquí otra vez el tío este diayer y ahura viene de maricón!!
—¡¡Mecagüen el copón bendito y en su puta madre!!..., ¿Ein?, ¿Ande vas vestido de camarera?
—No se si es camarera o es enfermera o neobaturra pero da igual, es que he visto que tiene usted deficiencias en el servicio y he pensado en ofrecerle el mio en el comedor.
—¿Pero que comedor ni que cojones?, ¿Yastas otra vez tocándome los güevos?, te salvas porquihoy hi hecho taichí y estoy relajao.
—Pues así relajao tiene usted otro aspecto, yo diría que se le ha puesto un parecido a Cortázar.
—¿¿Qué??, ¡Huy lo que madichooooo!, ¡Aaaarrgggg!, ¡Ahura si que no tescapas.....!
—¡¡¡¡ CATAPUMBA!!!!
—¡Ay, Ay, que daño me ha hecho usted! ¿Pero qué he dicho?

martes, 22 de diciembre de 2009

Pensión


—Buenos días, señorita.
Quiai.
—Quisiera desayunar bollos con mermelada de arándanos.
—¡¡¡Pápaaaaa!!!, ¡Aquí hay un tio que me dice cosas raras!.
—¿Pero quescandalera es esta, jodel? ¿Que dices que ta dicho?
—Que me quiere hacer una mamada en el bollo y desayunase mis arandános,
—Pero tu esqueres tonto ¿u que?, te vas a il a cascala diaquí ahura mismo u tarranco la cabeza. Y además ¿en quiahabitación estás? si ni me suena tu cara.
—En la 422.
—¡¡Mecagüen la puta dioros y en tu sangre!!, ¡¡Cabrón!!, si no tengo mas que cinco cuartos, ya mestás tocando los güevos. ¡¡¡¡Paquiiiíiii!!!! trai el jamonero quiaiste lo rajo yo.
—¡No te pierdas pápaaa!, ¡Que te veo otra vez por Zuera!
—¡Aaarggggg!, ¡No tescapes bordizoooo...!.
Nada Arkab, que no, que no hay manera, no puedo copiarle el estilo a Harry. Algo me falla que no me sale igual.
Habrá que cambiar de táctica para sumar seguidoras.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Pachanga sessions.

Pasé mi mas tierna infancia viviendo en un piso encima de Casa Pepe y a dos pasos siempre estuvo el bar Brasil en la placilleta homónima. Que sí, que ya se que se llama realmente Plaza de los Almogávares, pero yo (y mucha gente) siempre la he llamado y llamaré la placilleta del Brasil, con aquella farola vieja que tiró un camión marcha atrás a principios de los ochenta (creo), la panadería de mi amigo Manolo Francés, la tienda de "Borletes" y aquella enorme casa de los Vera. Lugares importantes pero eclipsados por ese pequeño bar que hasta le puso a la plaza su nombre extraoficial y bastante mas conocido que el oficial. Inde también cuenta un poco aquí de esto.
Pa colmo mi padre y el Angel Betoré (su socio de toda vida, ya fallecido) abrieron la oficina técnica en la calle las Sigüetas y les hacía yo los recaos, "vete al Brasil y traite un porroncico, chorrotero" me decía el Angel a la vez que me daba cinco duros. La Elisa preparaba unos porrones de cerveza con limónada y vino moscatel que al parecer quitaban el sentío.
En la actualidad el Brasil es un bar de amplio espectro (esto es pa ti Pascual) abarca casi todo el abanico hostelero existente actualmente:


- Tasca básica de las de toda la vida pa echate el vino.
- Bar de tapas.
- Cafetería con terraza.
- Pub para ir a ver los partidos.
- Discobar festivo.
- After hours con DJ Paco (el dueño) y sesiones de pachanga con el tema estrella "Es un enorme placer", no se si la canción se llama así, es esa que dice "y esta se va paradentrooooo...".


El hecho es que este establecimiento entrañable se ha convertido en un fenómeno, las noches de los sábados se pone a tope (y no digo nada en fiestas) sobre todo de gente de mas o menos 30 en adelante. El éxito (creo yo) le viene por varios frentes, uno de ellos es la rapidez en el servicio, Paco (camarero de toda, pero de toda la vida) vuela por la barra como un pulpo, puede estar a la vez tirando una caña, haciendo un café y echando ginebra a un jintoni (esto lo he visto yo), muy apurao tiene que estar pa que tengas que esperar, porque además su ayudante tampoco le va a la zaga.
Es un bar tan importante que en fiestas, el día la víspera, los danzantes hacen torres delante de la puerta y arriba del todo el Rabadán grita "¡Viva Paco el del Brasil!". A ver quien (quitando la virgen de Sancho Abarca) puede decir que le otorgan semejante honor.
Paco, felicidades y que sigas así muchos años.

A ver si pillo alguna foto del bar pa ilustrar el post.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Alfa y Omega.


Estos días atrás hay algo que me turba, es un runrun de cabeza continuo acerca de la vida y la muerte después de la coincidencia de dos situaciones opuestas.
Hace poco me topé con un señor cuyo padre murió muy, muy mayor el día de la Calcenada. Como no le había visto pues pasó lo típico, "mira que no me enteré, lo siento..." y todo esto que se suele decir. El finado aunque era un hombre de avanzada edad (cerca de 100) yo siempre le había visto como suele decirse por aquí "como un quinto", era un señor que se mantenía muy bien tanto física como mentalmente pero su hijo me explicó que una cadena de desgracias y negligencias a partir de una caída acabó en muerte por complicaciones propias de la edad.
El hijo es un tío muy majo y de gran facilidad de palabra que cuenta las cosas con un gracejo especial que hace que tenga gracia aunque no pretenda ser gracioso y me contó los últimos momentos de su padre.
El relato pone los pelos como escarpias por lo entrañable y peculiar, un hombre que jamás dio murga y que mantuvo esta postura hasta el final. Pidió como último deseo una tostada y un yogur y poco después se despidió de toda su familia, se santiguó (era muy religioso), se durmió y ya no despertó, murió en paz rodeado de los suyos.
Tras esta conversación me fui a casa, eran ya mas de las ocho y media de la tarde, el mejor momento pa estar con la familia. En casa había un zafarrancho especial, a Fernando (el pequeño) se le acababa de caer un diente y alucinaba abundantemente especulando con qué coño iba a hacer esa noche el ratón Pérez, "¿me dejará perras o me dejará un bakugan?". No recuerdo ahora muy bien todas las conjeturas que hacía a cual mas surrealista, por otro lado propias de un crío de siete años. De madrugada se despertó y como se mueve mas que los precios debió tirar el diente, al no verlo vino a despertarnos todo angustiado "¡se ha llevao el diente y no ha dejao nada!", "no te preocupes, es que a veces se lleva primero los dientes y luego hace otra pasada con los regalos", "¡Ah!, vale".

La enorme felicidad y despreocupación de mi chico propia de una vida que empieza contrasta y a la vez se relaciona directamente con la serenidad ante la muerte de un hombre que ya ha vivido todo lo que había que vivir. Todas las personas deberíamos tener la suerte empezar y acabar así.