De casualidá, buscando otras cosas, me ha salido por el google Pedro Muñoz Seca. Hacía mucho que no me acordaba de este genio que además de un incomparable sentido del humor tenía unas dotes poéticas también incomparables.
He buscado el trozo de su obra "La venganza de Don Mendo" en el que Don Mendo relata a Magdalena una timba de siete y medio y sus consecuencias.
Seguramente muchos ya lo habréis leido pero yo no me cansaría de leerlo y me apetece compartirlo, genial lo mires por donde lo mires.
Quien no ha dicho alguna vez: "Fue el maldito cariñena que se apoderó de mí.".
MAGDALENA
¿Cómo no quieres, di, que te idolatre?
Apóyate en mi brazo, ocupa el catre
y cuéntame tu mal, que ya te escucho.
(Ocupa Don Mendo un catrecillo de cuero y Magdalena se arrodilla a su lado. Pausa)
Ha un rato que te espero, Mendo amado,
¿por qué restas callado?
DON MENDO
No resto, no; es que lucho,
pero ya mi mutismo ha terminado;
vine a desembuchar y desembucho.
Voy a contarte, amor mío,
la historia de una velada
en el castillo sombrío
del Marqués de Moncada.
Ayer... ¡triste día el de ayer!...
Antes del anochecer
y en mi alazán caballero
iba yo con mi escudero
por el parque de Alcover,
cuando cerca de la cerca
que pone fin a la alberca
de los predios de Albornoz,
me llamó en alto una voz,
una voz que insistió terca.
Hice en seco una parada,
volví el rostro, y la voz era
del Marqués de Moncada,
que con otro camarada
estaba al pie de una higuera.
MAGDALENA
¿Quién era el otro?
DON MENDO
El Barón de Vedia, un aragonés
antipático y zumbón
que está en casa del Marqués
de huésped o de gorrón.
Hablamos... ¿Y vos qué hacéis?
Aburrirme... Y el de Vedia
dijo: No os aburriréis;
os propongo, si queréis,
jugar a las siete y media.
MAGDALENA
¿Y por qué marcó esa hora
tan rara? Pudo ser luego...
DON MENDO
Es que tu inocencia ignora
que a más de una hora, señora,
las siete media es un juego.
MAGDALENA
¿Un juego?
DON MENDO
Y un juego vil
que no hay que jugarlo a ciegas,
pues juegas cien veces, mil,
y de las mil, ves febril
que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!
MAGDALENA
¿Y tú... Don Mendo?
DON MENDO
¡Serena escúchame, Magdalena,
porque no fui yo... no fui!
Fue el maldito cariñena
que se apoderó de mí.
Entre un vaso y otro vaso
el Barón las cartas dio;
yo vi un cinco, y dije «paso»,
el Marqués creyó otro el caso,
pidió carta... y se pasó.
El Barón dijo «plantado»;
el corazón me dio un brinco;
descubrió el naipe tapado
y era un seis, el mío era un cinco;
el Barón había ganado.
Otra y otra vez jugué,
pero nada conseguí,
quince veces me pasé,
y una vez que me planté
volví mi naipe... y perdí.
Ya mi peculio en un brete
al fin me da Vedia un siete;
le pido naipe al de Vedia,
y Vedia me pone una media
sobre el mugriento tapete.
Mas otro siete él tenía
y también naipe pidió...
y negra suerte la mía,
que siete y media cantó
y me ganó en la porfía...
Mil dineros se llevó,
¡por vida de Satanás!
Y más tarde... ¡qué sé yo!
de boquilla se jugó,
y se ganó diez mil más.
¿Te haces cargo, di, amor mío?
¿Te haces cargo de mis males?
¿Ves ya por qué no sonrío?
¿Comprendes por qué este río
brota de mis lagrimales?
(Se seca una lágrima de cada ojo)
Yo mal no quedo, ¡no quedo!
¡Quién diga que yo un borrón
eché a mi grey que alce el dedo!...
Y como pagar no puedo
los dineros al Barón,
para acabar de sufrir
he decidido... partir
a otras tierras, a otro abrigo.
¿A que os ha gustao?
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4 comentarios:
Ayyyy, sí, que es buenismo. "Siete y media, juego vil que no hay que jugarlo a ciegas...".
Pero es que tiene muchos pasajes memorables. ¿Te acuerdas de "Para lavar el baldón, la mancha que os agravia, henos aquí, henos de Pravia"?
¿Y el "Magdalena dices al rayar el día", y el "Déjame, Azufaifa, déjame", y el emparedado, y...?
Ay, venga, que me paro, que me estoy embalando.
Ooooj, qué buenos ratos.
"Eres bella, Qué dije Eres divina.
Sabes latín, un poco de cocina,
E igual puedes dorar una lubina
Que discutir de ciencias y aun de arte."
Jamás, y oídmelo bien,
hablaré en contra del vino,
el caldo el néctar divino,
aunque ingurgitara cien
arrobas de cariñino.
Así que decidme amén
y culpad tan sólo a quien
maldecir haga sin tino.
¡Cariñena recio y fino!
¡Cariñena idolatrado!
¡Habla de ti el mal hablado
si habla mal: es desatino!
Y no sigo, que me caliento y no sé ande acabaría, que me conozco... mia que decir tamaña barbaridad del Cariñenica garnachístico. Hombreee.
"Siempre fuisteis enigmático
y epigramático y ático
y gramático y simbólico,
y aunque os escucho flemático
sabed que a mí lo hiperbólico
no me resulta simpático."
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