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jueves, 19 de mayo de 2011

Comulgando ques gerundio.



Por fin hemos comulgao, este domingo pasao fuimos mucha gente a que nuestros pequeños recibieran este magnífico sacramento, yo hasta estrenaba traje.

Para nosotros era algo especial, ya que según puso por ahí en un examen, mi chico quiere ser cura. Esta afirmación como colofón de la prueba, le valió a él la más alta calificación y a mi el cachondeo de clérigos y catequistas (estos últimos no me han dicho nada, pero me lo imagino). El mismo párroco aprovecho la ocasión en la misma puerta del templo: "¡tu chico quiere ser cura!", mientras me señalaba con el dedo, delante tol mundo. Malo, mas que malo, no debería ser propio de un clérigo ser sarcástico.

Por lo demás, lo típico, las letanías de siempre y el baile de los pajaritos, que se ha puesto de moda en estas liturgias. Cabe destacar que mi hijo mayor pasó a comulgar, principalmente pa ver que hacía yo, es un cabrón del 15, ya le dije que tonterías las justas, "haber" que va a ser esto (dedicado a Nianankoro).


Sacerdotes y simpatizantes:

Habéis tenido a mi niño durante mucho tiempo, pero ahora la pelota está en mi tejao, ¡Ha-ha-ha! (risa cavernosa), no penséis ni por un momento que vais a contar con otro feligrés facilmente.

La batalla va a ser encarnizada, pero también es verdá que si el chico pudiese conmigo, le dire a Gonzalo Aznar que me de clases para ser su sucesor (la clase de qué hacer el día la víspera nos la saltaremos), a los hijos hay que apoyarles, tal y como dice un anuncio de la tele.



No olviden supervitaminarse y mineralizarse.

4 comentarios:

Harry Sonfór dijo...

Con la escasa vocación que se encuentra en esta juventud de hoy en día, que su hijo quiera, ya tan temprano, oficiar el divino ministerio del sacerdocio es un regalito que les ha otorgado el Altísimo a toda su familia. El Señor no da puntada sin hilo, y es posible que esa vocación precoz le haya sido inculcada al muchacho desde lo alto para que usted, como padre, reciba su bendición, le invite, le entre el gusanillo y vuelva de nuevo al seno de la Iglesia, que sabe que siempre le estará esperando con los brazos abiertos. La vocación se despierta en cada personita de forma diferente, a unos antes y a otros después, y quién sabe si esta inclinación temprana de su pequeño no le invita a usted mismo a seguir sus pasos y tomar,junto a él, los habitos. ¡Poco bien le quedaría el cleryman!

miguelgato dijo...

Lo bueno de tener buena percha es que igual da traje que sotana.
Por eso mismo no podría ser, no se puede estar metiendo el sermón a una legión de señoras languideciendo y suspirando por uno. Pronto vendrían los de Lérida a ficharme pa su diócesis, como se llevan to lo bueno...

Anónimo dijo...

Suele pasar, lo que uno no quiere hala a joderse y si no quieres caldo toma taza y media,me gustaria asistir al besa manos de su hijo,haría como su hijo mayor , pasar a comulgar pa verle a ud.la cara,eso no me pierdo por nada del mundo.AMEN (asi sea).

El comentario sobre las señoras languideciendo por sus huesos seria discutible...muy discutible ,diria yo.Ya pintamos canas y barriga, la florada ya se pasó...

miguelgato dijo...

Envidia cochina.