Ayer llevé a mi madre a oftalmología en las consultas externas del clínico.
Mi padre ha tenido peor suerte con esto de enfermedades y operaciones y he tenido que llevarlo ya un montón de veces a diferentes especialidades, por lo que casi me conozco todo esto como un médico mas. Tras todas estas visitas puedo afirmar que la consulta mas saturada de todas es seguramente la de oftalmología en la segunda planta, a partir de las nueve de la mañana comienza a venir gente a patadas, de todas las edades y condiciones, desde niños miopes o con estrabismo hasta gente mayor con cataratas (la mas numerosa).
Al fondo de la primera sala de espera hay una ventanilla corrediza de aluminio en la que pone que se recogen las citaciones, que por favor esperen y que ya se les recogerá, paciencia.
El orden en que entregas la citación no tiene absolutamente nada que ver con el orden en que entras, establecido de antemano el día que pediste hora en el mostrador de citaciones; es lo mismo, somos profesionales de hacer cola y la hacemos bien larga y con su riguroso orden
pa que nadie se cuele. Transcurrida una hora vemos estupefactos como gente que acaba de llegar es llamada y pasa antes que nosotros. En este punto el ambiente ya se pone en
DEFCON 2.
La forma de llamar a la gente es un altavoz de sonido
diarreico y acoplado conectado a unos
telefonillos como los de los porteros de casa situados en cada una de las consultas, muchas veces las enfermeras (o auxiliares o lo que sean) tienen que salir y gritar el nombre del paciente porque no hay hijo madre capaz de entender lo que dice el altavoz, que parece una moña de aquellas del
tocadiscos pequeñico en la espalda.
Sobre las diez de la mañana la sala de espera ya esta a tope y hay que empezar a salir al pasillo, se ha perdido bastante aquella costumbre de levantarte para que se sienten personas mayores, sobre todo en casos de
críos pequeños (entre 3 y 10 años mas o menos) que ocupan un asiento mientras su madre indiferente habla por el móvil viendo como gente muy mayor y con gayata permanece de pie (aquí yo me pongo en
DEFCON 3).
Se dan muchos casos como "
Estanislao Gómez consulta número cuatro...".
Estanislao cambia la cara a alegría y se va para adentro pero transcurridos unos minutos vuelve a salir con el ojo lloroso y la cara peor que antes a esperar a que le hagan efecto las gotas que le acaban de poner.
Son mas o menos las once, ya se empiezan a
oír murmullos y ese tan famoso "No hay derecho" que a mi
personalmente me da unas ganas enormes de asesinar al que lo dice. De pronto en la puerta se abre un pasillo por el que entran en desfile varias personas con bata blanca y muchos
bolis en el bolsillo acompañados de la libreta de publicidad de algún medicamento, algunas de ellas con esas
bandejicas de orificios para encajar el
vasico del café llenas de
vasicos, para los compañeros que no han podido ir a tomar café. Y pienso yo "¿por donde han salido estos para ir al café?" os juro que llevo aquí sin moverme desde las nueve y no los he visto. Esta visión sitúa ya los
ánimos y los comentarios en
DEFCON 4.
A partir de aquí gente que no aguanta mas y se va p'adentro a protestar, gente que sin moverse de su sitio despotrica ya en voz alta,
críos llorando porque se cansan... y como por arte de magia la cosa se empieza a despejar y en hora y media o dos horas (de once a una) se quitan a casi
tol mundo que lleva desde las nueve. Tu ve a la hora que quieras pero antes de las 11 no saldrás.
Conclusiones:
Es hasta cierto punto
comprensible que las personas humanas perdamos la paciencia en estos lugares pero peor sería tener alguna patología y no tener un sitio donde
impacientarte hasta que te atiendan. Tener como en este caso mal la vista por lo que sea y que te atiendan con la eficiencia que lo que hacen bien vale esperar unas horas sentados o paseando, nadie te da un pico o un
ajau para que no te aburras ese rato.
En una de las visitas al final quedamos un energúmeno dando portazos y una señora sudamericana (creo que Salvadoreña) dándole la razón y comparando el sistema sanitario de su
país con el nuestro, "En mi
país esto se hace así y
asá". No me pude aguantar y le tapé la boca,
educadamente pero se la tapé.
También en un par de ocasiones he tenido que para los pies a médicos y celadores que viven a la defensiva.
Por parte del sistema administrativo-laboral de estos centros no voy a entrar en ser tan listo como para intentar organizarlo como hace mucha gente, creo que funciona como tiene que funcionar y hay muchas personas pensando continuamente como mantenerlo y mejorarlo, labor esta última muy
difícil porque con nuestra actitud acabaremos consiguiendo el sistema estadounidense, a ver si ese nos gusta mas.
En relación con el punto anterior solo decir que por lo menos y sabiendo lo exaltada que suele estar la turba en la sala de espera, el personal sanitario debería entrar y/o salir a por el café sin ser vistos. Esta escena es
dificilmente soportable por personas cabreadas y convencidas de que
están viendo a
funcionarios escaquearse.
Seamos pues mas pacientes, ya se todo eso de "cada uno cuenta como le va" y rollos por el estilo pero es muy importante estar uno malo y que te atiendan y te operen sea antes o después. En muchos
países ni hay antes ni hay
después de ningún modo y en otros soluciones a medias y pagando o discutiendo a qué tienes derecho y a qué no. Esperar 2, 3 ó 4 horas sentado no es para tanto, en una boda también lo haces y encima pagas el regalo.
Por si os interesa impartimos de vez en cuando unos cursos de Control del
Estrés que los da
Mari Mar Escorza y que son una maravilla para ver todo de otro modo (esto ya es publicidad).
Y no olviden supervitaminarse y mineralizarse.