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miércoles, 24 de marzo de 2010

Para Harry.

No he encontrado nada en el libro para Lamima pero si una historia muy interesante de Pedrola pa don Harry. Tiene de todo, mudéjares, judios, un alcalde cabreao... Merece la pena leerla, tomad y leed todos de ella.Se hizo acompañar de unos mudéjares que luego no le ayudaron a tirar la puerta, ya sabéis, no llevéis nunca mudéjares pa que os ayuden en vuestros altercaos, que luego se echan patrás y pasa lo que pasa.

sábado, 20 de marzo de 2010

Tal como éramos

Hace poco cayó en mis manos este libro que nos relata cosas malas y menos malas que hacíamos los taustanos allá por los años 1500-1600.
Como no tengo ganas de teclear he escaneado del libro (no se que es peor) los procesos propios de Tauste y aquí os pongo unos cuantos.
De este todavía no tengo muy claro quien son malos y quien son buenos pero me hace gracia lo de llamar de don al que presuntamente ha robado, "seyet preso don ladrón...".

No hace falta saber mucho latín para hacerse una idea de la paliza que le clavaron al clérigo los procesados pa octubre y que forma mas bonita de decir que le hicieron mucha sangre. Siendo un pueblo tan religioso no se que pasa con los curas en Tauste pero de una forma u otra acaban saliendo todos trasquilaos.

Los marineros un amor en cada puerto, los pelaires (esquiladores de ovejas) un amor en cada tajo. En el 1573 parece que el macarra del pueblo era Jacobo Soro y el momento con mas espectadores para desarrollar su actividad era durante cualquier oficio religioso.

Dos años mas tarde y de nuevo en domingo de ramos misteriosamente hay de nuevo intercambio de tortas, de nombres y de apellidos.De nuevo y a falta de polideportivos y salas multiuso nuestros paisanos vuelven a echar mano del templo para sus espectáculos.Y nos quejamos de los intereses de los bancos tu. Si te parece poco triplicar los cahices además me vas dar una faneguita por cahiz por "raçon del raçonamiento", lo que ahora se llama el artículo 33.Y entre todo esto, los curas a lo suyo, hay cosas a las que no afecta ni la política, ni la economía, ni el contexto social ni , ésta es una.

Un taustano "insolente, desatento y atrevido". Mal que se lo pasarían las monjas con el.


Espero que os haiga entretenido.

jueves, 11 de febrero de 2010

Betoré.

Así era como le llamábamos en casa, mas que por su nombre por su apellido, mi padre se había acostumbrado a llamarle así desde pequeño cuando venía en pantalones cortos a que le enseñase dibujo. Esta semana le han hecho un homenaje en la Casa de Cultura de Tauste al que todavía no he podido ir y un magnífico post de Inde en su blog me ha despertado las ganas de escribir un poco para recordar a este hombre que forma parte importante de mi vida y mis recuerdos, porque me he criado viéndole casi diariamente, era socio de mi padre.
Como decía, empezó a venir por mi casa para aprender a dibujar cosa que apenas le hizo falta porque poseía una gran facilidad innata para el trazo rápido y la creatividad, demasiado rápido se lamenta mi padre, que cuenta muchas veces que pecaba de ser poco meticuloso y hacía dibujos que de haberlos hecho mas despacio hubiesen sido la hostia.

Se hizo delineante, que por aquel entonces eran "los que dibujan" (igual daba un plano que un tocino) y montaron entre él y mi padre la "Oficina Técnica Arba" para trabajos topográficos tanto de rústica como de urbana. Por las mañanas trabajaban en Talleres Vigata dibujando a pulso despieces de maquinaria, hacían lo que ahora se llama diseño industrial, creaban máquinas propias y perfeccionaban otras "fusiladas" a la competencia. Arriba se puede ver uno de los dibujos de mi padre, demuestra el nivel que por los años 50-60 había en la oficina técnica de Vigata, poco Autocad.

Los trabajos de topografía los hacían por las tardes y fines de semana, después del trabajo de campo mi padre hacía el plano a lápiz y el Ángel lo pasaba a tinta, era una gozada que solo unos pocos privilegiados han tenido, verles dibujar con todos aquellos gadgets (por llamarlos de alguna manera) que había entonces: tiralíneas, plantillas de tipos, calcomanías de "letraset", portaminas y afilador de lija para la mina... Olía a tinta china, a goma de borrar y papel de ozalid en su primera sede que abrieron en la calle las Sigüetas cuando se les quedó pequeño el salón de mi casa. Allí vi yo la primera calculadora, volvía de la escuela obsesionado con ir a la oficina pa pegarme ratos y ratos haciendo operaciones aritméticas (no hacía otras operaciones y era enorme) por la simple satisfacción de teclear ese fascinante aparato.
También se les quedó pequeña esta oficina, entró en la sociedad Rafael Casajús, ingeniero agrónomo que empezó a traer proyectos de naves para medir, replantear y dibujar. Por aquel entonces ya habían comprado una mesa de dibujo con tecnígrafo de los nuevos y se mudaron a un local que compraron en la calle Las Almenas en el edificio del mismo nombre que acababan de construir.
Ángel me llamaba siempre "bardalero" o "chorrotero" y a veces bajaba a La Cabaña a comprarle Habanos, fumaba abundantemente pero aligeraba los cigarros, tenía una ceremonia muy peculiar cuando empezaba un paquete, lo golpeaba y prensaba durante un rato antes de abrirlo y cuando lo abría los cigarros habían perdido por lo menos un 15 % de tabaco. Para soltarlos aún mas, hacía algo así como usarlos de rodillo con la palma de la mano y los dejaba tan flojos que en tres caladas ya estaba ventilao.

En la oficina tenía muchas de sus maquetas y cosas raras que confeccionaba, no solo dibujaba, tenía una mano especial para hacer objetos con cualquier cosa, era una especie de McGyver que con dos cartulinas, rotuladores, tipex (blanqueaba todo con tipex de ese del frasquico con brocha) y goma arábiga te hacía el Alcazar de Segovia. De hecho tenía una maqueta de la iglesia de Tauste hecha en cartulina que la gente venía de propio para verla. Arriba uno de sus dibujos que fotografié un poco antes de su muerte.
También era muy dado a guardar todo, cualquier cosa algo curiosa que se encontraba era susceptible de ser incluida en su famoso Libro Gordo. El Libro es una especie de bloc a lo bestia cuyas páginas son cartulinas algo mas grandes de A3 que creo le prepararon en Gráficas Latorre. En sus hojas iba pegando fotos, trozos de programas viejos, facturas viejas de talleres emblemáticos ya desaparecidos, y otras curiosidades que si era necesario ilustraba él mismo con alguno de sus dibujos.
No le importaba un pimiento el orden cronológico de lo que iba poniendo, incluía los contenidos secuencialmente tal y como los iba consiguiendo o recopilando y no tenía ningún problema en garabatear fotos originales con flechas y círculos alrededor de objetos y caras. A él le gustaba así y punto pelota, igual en una página estabas viendo una foto del día de la inauguración del Somatén en Tauste y en la página siguiente ponía fotos y anécdotas de los Edwars (un grupo musical taustano de los años 60-70).
Tampoco era para el ningún problema aportar diréctamente sugerencias o cosas que le traían, si le gustaban y eran curiosas las pegaba y a tomar pol saco. Del mismo modo le era indiferente extraer cosas si se las pedían, en un par de ocasiones yo mismo le pedí el libro para escanear cosas que me hacían falta y en lugar de eso las arrancó sobre la marcha y sin pestañear mientras yo le decía "¡Para, para!", "¡hala tira!, bardalero, no te preocupes que ya las pegaré otra vez cuando me las devuelvas". Esta última práctica le costó en mas de una ocasión perder cosas que ya no le devolvieron y que algún cabrón tendrá pa su uso particular, el vicio de pedir (por pedir y luego no devolver) es algo que desgraciadamente ni se pierde ni se perderá.

Muchas veces pienso en la gran suerte que tuve de criarme frecuentando aquella oficina en la que aprendí montones de cosas (tanto de Ángel como de mi padre) sin darme cuenta. El simple hecho de estar con ellos, tanto viéndoles dibujar como en el campo midiendo hacía que te empapases irremediablemente de su metodología y "malicia" para el trabajo, que la tenían por toneladas.


Termino igual que Inde:


Ángel Betoré, in memoriam.

jueves, 28 de enero de 2010

La mili.


¿Nunca os he contado nada de mi mili?
Creo que no, pues ya es raro, con lo que nos gusta a todos contar historias sobre esa etapa de nuestra vida que tan poco nos gustó y aportó, es uno de los grandes misterios del universo. Os vais a joder, porque os la voy a contar.
Cumplí como soldado llevando Abanderado (como cantaba Siniestro Total) en el Grupo Regional de Intendencia de Canarias, barrio de "La Cuesta" en Santa Cruz de Tenerife, entre los años 1983 y 1984.
Yo ya estoy seguro de que mi destino es caer en sitios peculiares, el destino debe estar configurado como una especie de centralita de esas viejas de clavijas y algún cabrón elije tus conexiones a posta.
Era el cuartel mas pequeño de Tenerife, apenas 100 soldaos pululábamos por allí, pero era panadería y almacen central de vestuario lo que quiere decir que haciamos pan pa todos los cuarteles de Canarias y distribuíamos ropa militar pa toda España. El cuartel estaba gobernado por el Teniente Coronel Vilchez de una manera tan especial, que este sitio era conocido en toda la isla (tanto por militares como por civiles) como el "Rancho Vilchez".
Aunque parecía un lugar caótico no lo era, Vilchez lo tenía todo medido y todos los que allí estábamos éramos profesionales con experiencia, en mi caso camarero. Mi padre se ocupó de enchufarme para que pasase una buena mili y me debió "vender" como camarero ya que por aquellas fechas premili era lo que yo hacía en el negocio familiar de mi madre y su hermano.

El señor Vilchez ademas de experimentado militar (tenía fotos de campaña con Franco y otros militares significativos del alzamiento) era un reconocido empresario tinerfeño dedicado al negocio inmobiliario, buena parte de su patrimonio eran pisos y casas que alquilaba por toda la isla tanto orientadas al turismo como para vivienda. La mayoría de los profesionales que hacían el servicio en su cuartel eran albañiles, pintores, fontaneros, electricistas, etc..., imagino que no tengo que explicar nada mas sobre esto.
Cuando yo llegué en ningún bar de los dos del cuartel había camareros de oficio, pero este hombre, sibarita como nadie, debió pensar en traer un camarero de verdad para estar bien atendido. El primer día que tuve que atenderle, vino al bar por la mañana con dos de sus chaqueteros habituales y dijo: "A ver si hemos acertao, ponme un Campari con ginebra y tónica, suave". Yo iba avisao por mi predecesor de que acostumbraba a beber eso y me procuré limones para frotarle la corteza en el borde del vaso, si a eso le sumamos que yo tenía el culo pelao de hacer combinados fue un éxito, empezaron a abrirseme puertas desde ese preciso momento.
El cuartel parecía un barrio de Sevilla, Vilchez era sevillano y enchufaba paisanos suyos en puestos de oficinas. Además tenía como segundo de a bordo a su primo el teniente de su mismo apellido, Vilchez, al que todos llamaban el "Peta", por la tremenda joroba que lucía. Los andaluces le llaman peta a la chepa (Arkab, corrobóreme esto). El primo era un auténtico teniente chusquero de los que habian servido en el Sahara español. A los que habían estado sirviendo en lugares como El Aaiun o Sidi Ifni se les distinguía por una especie de pin consistente en un dromedario dorado sobre una media luna que lucían en el pecho.
El teniente Vilchez tenía grandes virtudes, era capaz de beberse una caja de cerveza diaria y hablaba gangoso. Únase acento sevillano, alcohol y gangoso y tendremos un descojone dificil de soportar que era un verdadero poblema, porque había otra virtud que era la mala leche que calzaba el jodío.
El camarero del bar de suboficiales, Tonet, le tenía al teniente Peta un miedo enorme y temblaba cuando se acercaba por allí a beber. El miedo le desconcentraba y no daba pie con bolo, era un sin parar de meter la pata cada vez que el otro asomaba su chepa por allí. Cada vez que iba a hablar, el Peta comenzaba diciendo "etooo...", por ejemplo: "Etooo..., ponme un quinto" (botellín de cerveza), y si te equivocabas y le ponias algo que no te había pedido (cosa muy habitual en Tonet) decía: ¿Pero eto que é lo que é, ilipoya?".

El Peta sabía el efecto que causaba en Tonet y el cabrón le gastaba bromas constantemente, una vez entró en el bar y le dice "Ponte fimme", al rato de tenerlo firmes le dice "Etooo, ponmeeee, un bite". Tonet salió del bar pitando y desapareció un buen rato, el peta decía "¿Ande ha ido este ilipoya?". Al rato vino con un bistec en un plato, había ido a buscar al cocinero, abrieron la cocina y le hicieron un bistec a la plancha, cuando volvió fue la hecatombe "¡Un bite ilipoya!, ¡te he disho un bite!", el cabrón pedia un bitter sin alcohol (con alcohol no había) y al Tonet ni se le pudo pasar por la cabeza que semejante barrica con patas fuese capaz de beber algo sin alcohol, por lo que se fue a buscar lo mas parecido fonéticamente. Al final lo que el Peta quería precisamente era ser gracioso pidiendo solemnemente (para eso puso firmes al otro) algo sin alcohol para provocar las risas del personal.
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Lo mejor que me paso ese año fue poder disfrutar de los Carnavales de Tenerife, por diferentes motivos (calabozo por asuntos etílicos principalmente) llevaba un mes sin salir del cuartel el mismo fin de semana que empezaron y me tocaba salir, pero cuatro cabrones casi me aguaron la fiesta. En Tenerife se va en camisa todo el año excepto entre febrero y marzo que refresca un poco y te obligan a salir con guerrera (chaqueta), mis compis cortaron mis camisas y corbatas por debajo del sobaco, con lo que durante la revista que te hacen para ver si sales en condiciones iba yo solo con el cuello la camisa y la corbata asomando por la chaqueta, jugándome el salir o no salir e ir al calabozo de nuevo si al sargento le hubiese dado por mirar dentro.
El sábado me junté con uno de Boquiñeni y ya no me acuerdo de casi nada mas, solo que amanecí en el piso que alquilábamos entre muchos con otra ropa, una cazadora vaquera sin mangas con el anagrama de Motörhead en la espalda, sigue siendo un misterio qué hice aquella noche y de quien era eso, dentro de lo malo por lo menos no me dolía el culo...
Al dia siguiente (domingo) el maldito Cariñena volvio a impedirme acudir al cuartel por la noche y la mañana del lunes me despertó en el piso una patrulla compuesta por un cabo (que tenía también llave) y dos soldaos con su cetme y todo, fueron muy amables acompañandome de nuevo al calabozo.

El calabozo en mi cuartel también era especial, para entrar te tenía que abrir el preso ya que el cerrojo estaba por dentro, es difícil de comprender pero así era y a nadie le parecia raro. Mis condenas eran algo descafeinadas porque al ser el único camarero de oficiales no podían estar sin mi y solo iba al calabozo a dormir, mia que cuadro. Había veces que si se me hacía algo tarde por el bar a lo que llegaba al calabozo ya estaban todos durmiendo y no me abrían, por lo que me iba a mi litera a dormir sin mas. Esto parece un monólogo de Gila pero os juro que es cierto.

Las salidas por Tenerife también eran un gran aliciente, íbamos al drago, a los Gigantes, a las cañadas del Teide y una vez fuimos a la playa nudista de Las Gaviotas a la que se accedía andando. Caminábamos todo alegres y ufanos por que íbamos a ver señoras en pelotas pero allí no había mas que otros con las mismas intenciones que nosotros, no volvimos nunca mas.
El teniente Coronel tenía un hijo pequeño de unos 9 o 10 años, uno de Elche licenciado en magisterio, Tonet y yo éramos sus niñeras, el de Elche además le daba clases de apoyo. Le pillamos mucho cariño y el crío no quería mas que venir al cuartel para estar con nosotros.
En Canarias hay (o había) muchas piscinas de agua marina que se vacían con la bajamar y se renuevan de agua con la pleamar con un sistema de compuertas, en el momento del vaciado algún imbécil no se dió cuenta de que todavía estaba el niño en el agua y accionó el sistema que se lo trago ahogándole. No nos enteramos de esto hasta el día siguiente, que precisamente era el de mi licenciatura, he recibido pocos mazazos como ese. No pensaba ni en irme ni me acuerdo qué hacía cuando un cabo nos dijo al Tonet y a mi que recogiesemos nuestras cosas para irnos pero que antes debíamos pasar por casa del Teniente Coronel. Vivía cerca y fuimos andando, os podéis imaginar lo que había en aquella casa, un familiar nos llevó hasta este hombre que al vernos se levanto y nos abrazó llorando sin consuelo, repetía algo como "con lo que os quería a vosotros". Luego dijo que nos marchasemos y que no nos olvidaría o algo por el estilo, era un trueno de hombre que lo último que podía dar era pena pero a mi me dió mucha, pero mucha.

Y así es como terminó mi mili, llorando a todo llorar por despedirme de los compañeros, por el señor Vilchez y por su hijo, principalmente por éste último del que me acuerdo muchas veces sin venir a cuento.
Tampoco ha sido pa tanto ¿no?.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Pachanga sessions.

Pasé mi mas tierna infancia viviendo en un piso encima de Casa Pepe y a dos pasos siempre estuvo el bar Brasil en la placilleta homónima. Que sí, que ya se que se llama realmente Plaza de los Almogávares, pero yo (y mucha gente) siempre la he llamado y llamaré la placilleta del Brasil, con aquella farola vieja que tiró un camión marcha atrás a principios de los ochenta (creo), la panadería de mi amigo Manolo Francés, la tienda de "Borletes" y aquella enorme casa de los Vera. Lugares importantes pero eclipsados por ese pequeño bar que hasta le puso a la plaza su nombre extraoficial y bastante mas conocido que el oficial. Inde también cuenta un poco aquí de esto.
Pa colmo mi padre y el Angel Betoré (su socio de toda vida, ya fallecido) abrieron la oficina técnica en la calle las Sigüetas y les hacía yo los recaos, "vete al Brasil y traite un porroncico, chorrotero" me decía el Angel a la vez que me daba cinco duros. La Elisa preparaba unos porrones de cerveza con limónada y vino moscatel que al parecer quitaban el sentío.
En la actualidad el Brasil es un bar de amplio espectro (esto es pa ti Pascual) abarca casi todo el abanico hostelero existente actualmente:


- Tasca básica de las de toda la vida pa echate el vino.
- Bar de tapas.
- Cafetería con terraza.
- Pub para ir a ver los partidos.
- Discobar festivo.
- After hours con DJ Paco (el dueño) y sesiones de pachanga con el tema estrella "Es un enorme placer", no se si la canción se llama así, es esa que dice "y esta se va paradentrooooo...".


El hecho es que este establecimiento entrañable se ha convertido en un fenómeno, las noches de los sábados se pone a tope (y no digo nada en fiestas) sobre todo de gente de mas o menos 30 en adelante. El éxito (creo yo) le viene por varios frentes, uno de ellos es la rapidez en el servicio, Paco (camarero de toda, pero de toda la vida) vuela por la barra como un pulpo, puede estar a la vez tirando una caña, haciendo un café y echando ginebra a un jintoni (esto lo he visto yo), muy apurao tiene que estar pa que tengas que esperar, porque además su ayudante tampoco le va a la zaga.
Es un bar tan importante que en fiestas, el día la víspera, los danzantes hacen torres delante de la puerta y arriba del todo el Rabadán grita "¡Viva Paco el del Brasil!". A ver quien (quitando la virgen de Sancho Abarca) puede decir que le otorgan semejante honor.
Paco, felicidades y que sigas así muchos años.

A ver si pillo alguna foto del bar pa ilustrar el post.

lunes, 17 de agosto de 2009

¡Pero esta Maaaaaaaaaal!

No sé si recordaréis una serie de dibujos animados que ponían al principio de los años 90 que narraba las peripecias de dos perros.
Como no tengo ganas de explicar lo que era la serie completa lo leéis aquí.
El guión era simple en la mayoría de los episodios que yo recuerdo, pero hubo uno titulado Cornflakes con algo de mala leche hacia la clase agrícola.
La pega es que por mucho que busco no consigo encontrarlo doblado al castellano, pero era aquel español sudamericano (creo que era mejicano) lo que a mi modo de ver le daba el verdadero ambiente de "cartoon" americano. Los dibujos con doblaje latino como se le suele llamar tenían otra "salsa" por decirlo de alguna manera.
El título del episodio que nos ocupa era en castellano "hojuelas de maíz" y por lo menos lo he encontrado con subtítulos. Lo bueno era escuchar al granjero decir "¡pero está Maaaaaaaal! cuando los perros no hacen las cosas como el quiere, nos tendremos que conformar con leerlo.
A mi modo de ver el guión de este episodio no tiene desperdicio, aquí lo tenéis.



Si alguien lo encuentra doblado en latino que lo guarde, es una joya.
Ya de paso mirar alguno mas de los que salen en la lista, el de Caperucita Roja también es cojonudo, los golpes de voz de la niña son la hostia.

jueves, 6 de agosto de 2009

Que noches las de aquellos años...

Mi buén amigo y compañero de caminatas, Angel Mari, fue junto con su cuñado Mariano Gorra (ese ser tan callado, discreto y desconocido por su discreción) uno de los artífices del fenómeno taustano del "Bronx" o calle de los bares, que durante los años 80 y entrados los 90 dió otro sentido a salir a "chupetiar" los sábados. Entre los dos abrieron el Krass, uno de los bares de esta movida que aunque geográficamente era el más alejado no se por qué regla de tres siempre empezabamos por él.
Durante estos años Angel Mari no se limitó solo a poner cañas y cubatas sino que se compro una cámara reflex (creo que era una Yashica o una Minolta) y cuando mejor estaba el ambiente se liaba a tirar fotos a diestro y siniestro. El resultado: cientos de fotos pero con una ligera pega, le dió por cargar rollo de diapositivas y para poder verlas hay que montar proyector, pantalla, cargar los carros, etc...
Con las nuevas tecnologías yo (que a veces estaría mejor calladico) me ofrecí a escanearlas y para ello tengo un escaner plano con módulo de diapos. Lo que no sabía es que escanear 4 diapos cuesta por lo menos a minuto por diapo y se hace eterno, pero es gratificante ir viendo lo que escaneas y eso amortigua el tedio y el ruidico ¡ñiiiiiiiiiiiiiiii! del jodio escaner. Tengo tajo panterrame y poco tiempo pa escanear pero os pongo una muestra pa que veais lo bien que me lo paso.
Ruego a los que se vean en alguna foto no sean cansinos y no me den la pelmada con ¡damela, damela!. Hasta que no termine (pa dias) nuhay fotos pa nadie y luego ya veremos... (de todos modos os la podeis bajar con el boton derecho y seleccionando "guardar imagen como").

Hala, pa otro dia otra entrega.

jueves, 30 de julio de 2009

El Papus

El día 20 de septiembre (víspera en Tauste) hará 32 años que una especie de etarras de ultra derecha (la triple A) atentaba contra la revista El Papus matando al portero del edificio.
Ya se que hasta septiembre aún quedan días pero es que hoy ha caído en mis manos un dibujo de y me he acordado de esta revista.
Los mas jovénes (acento en la e) no os acordaréis del Papus pero aquí estoy yo pa que lo sepáis.
El Papus fue una revista semanal de humor bien cabrón que empezó su andadura en 1973 y duró hasta 1985 creo, igual fue 1986, pero al final ya estaba algo devaluada en su temática y sus dibujantes y guionistas ya estaban por El Jueves, revista que mas o menos tomó el relevo y permitió a sus creadores seguir expresándose.
La portada se anunciaba con una especie de subtítulo: "La revista satírica y neurasténica". No era para menos, no dejaba títere con cabeza de esa sociedad postfranquista que todavía arrastraba falangistas y especies por el estilo, esto es lo que les costó la bomba.
Había mas revistas como "Hermano Lobo" o "La Codorniz" pero con un humor mas surrealista y no tan radical. El Papus era algo especial, en ella ponían sus historietas gente como Oscar, Fer, Manel , Ventura&Nieto, Ivá (ya fallecido, el de Maqui Navaja), etc... pero por aquellas fechas yo casi solo prestaba atención a las historietas de (Jordi Amorós). era - y debe seguir siendo - la hostia, sus historietas pésimamente dibujadas (yo creo que adrede) no es que tuviesen mala leche, eran la mala leche en estado puro, el guión de Torrente es literatura de preescolar al lado de lo que este señor dibujaba y narraba.
Para cada afición que yo tenía por aquellas fechas, había un amigo diferente con quien la compartía y en este caso el amigo era Pascual Arrieta. No recuerdo bien si comprábamos la revista o la leíamos en algún bar, pero lo primero que hacíamos al abrirla era buscar la hoja o mas bien doble hoja donde salia la "Encuet-ta Papus" donde un reportero con su micro y acompañado de un cámara pequeñajo descalabraban la actualidad sin ningún tipo de miramiento. Lo mejor era el acento barriobajero que tenían los personajes: mojca, ajco, cagon crit-to, po fale, po fueno (pues vale, pues bien), grachias, furro...
Los dibujos tampoco tenían desperdicio, muñecos pequeños de nariz grande mal garabateados, rodeados de "mojcas" volando. Era muy habitual también que estos personajes no fuesen muy normales y emitiesen una especie de gruñido (¡, !) a la vez que les colgaba un moco (por ejemplo) y con la lengua fuera de medio lao que aún los hacia mas patéticos.
La rematadera para Pascual y para mi fue descubrir que este señor tenia editados monográficos de dos personajes llamados "Sor Angustias de la Cruz" y el "Padresito Milagro" que aunque hechos por separado su vida se desarrollaba en el mismo sitio, un "cotolengo" (residencia de ancianos en cataluña) que regentaban encargándose sor angustias y otras monjitas de los ancianos y el padresito algo así como capellán.
Las historias de este cotolengo son difíciles de contar, hay que verlas para creerlas y lo inexplicable es que nuestra sociedad permitiese editarlas; para que os hagáis una pequeña idea las monjas se masturbaban (visualmente) y hacían no se que barbaridades mas para pecar y luego disfrutar de la emoción de ir desde su celda hasta el confesionario (donde las confesaba el Padresito, tela...) sin que las partiese un rayo. A mi personalmente se me saltaban las lágrimas del descojone cada vez que leía una historieta, eran delirantes. Cuando el Padresito celebraba misa el descojone era multiplicao por 100.
Sobre y su obra no salen mas que 4 cosas en Internet y todo lo que os he contado son recuerdos sin documentar. Si tenéis oportunidad de leer alguna de estas historietas no la perdáis y si hay algo que aportar lo comentáis, incluido tu Luis P., sal de ese mutismo autoinfligido y comenta algo ¡furro!. La contestación estilo Já sería: ¡Namielda vi a comental!

jueves, 23 de julio de 2009

El Siberiano.

Hoy hemos ido de compras familiares a Zaragoza, uno de los motivos era comprar ropa al jodio preadolescente ese que tengo por casa, toda la mañana con una cara comun hereje.
Rematada la faena y como desagravio ante el suplicio que le hemos hecho pasar le he dicho:

--Venga, ¿donde quieres comer?, ¿vamos al autoservicio chino ese que te gusta? o ¿al italiano que hay en Plaza? con un montón de pizzas, pasta... es la hostia con lo que te gustan a ti las pizzas.
-- Quiero un bocadillo baturro en ese bar que me llevabas bajando unas escaleras.
-- ¿Comol?
-- Si, ese que fuimos la última vez con mi primo Jorge cuando corrió las vallas y vino también mi abuelo.
-- ¿Que te comiste dos vegetales? (come como una vuelta diArba).
-- Si, allí quiero ir.

Se refería al "Siberiano", un pequeño bar en la planta sótano del mercado de Azoque al lado de la Plaza Salamero, yo intentaba agasajarle con algo mas exótico (y por supuestisimo mas caro) pero me ha sorprendido gratamente porque los bocadillos de ese barcico (con una carta de mas de 40) le dan 1000 vueltas a cualquier garito mierda de los que yo le hablaba.
Desde que tiene edá de comer sólido le he llevado allí a comer bocatas pero hacía un par de años que no íbamos y pensaba que se le había olvidado, pero estas sensaciones no se olvidan.
Os digo como con las andadas, si no habéis estado no dejeis de ir, consejo de amigo aunque sea en el puñetero centro y haya que aparcar.
Por cierto, el bocadillo Baturro se compone de longaniza, pimiento verde y huevo frito en una combinación perfecta por parte de este bar.

jueves, 2 de julio de 2009

Las siete y media

De casualidá, buscando otras cosas, me ha salido por el google Pedro Muñoz Seca. Hacía mucho que no me acordaba de este genio que además de un incomparable sentido del humor tenía unas dotes poéticas también incomparables.
He buscado el trozo de su obra "La venganza de Don Mendo" en el que Don Mendo relata a Magdalena una timba de siete y medio y sus consecuencias.
Seguramente muchos ya lo habréis leido pero yo no me cansaría de leerlo y me apetece compartirlo, genial lo mires por donde lo mires.

Quien no ha dicho alguna vez: "Fue el maldito cariñena que se apoderó de mí.".

MAGDALENA
¿Cómo no quieres, di, que te idolatre?
Apóyate en mi brazo, ocupa el catre
y cuéntame tu mal, que ya te escucho.
(Ocupa Don Mendo un catrecillo de cuero y Magdalena se arrodilla a su lado. Pausa)
Ha un rato que te espero, Mendo amado,
¿por qué restas callado?
DON MENDO
No resto, no; es que lucho,
pero ya mi mutismo ha terminado;
vine a desembuchar y desembucho.
Voy a contarte, amor mío,
la historia de una velada
en el castillo sombrío
del Marqués de Moncada.
Ayer... ¡triste día el de ayer!...
Antes del anochecer
y en mi alazán caballero
iba yo con mi escudero
por el parque de Alcover,
cuando cerca de la cerca
que pone fin a la alberca
de los predios de Albornoz,
me llamó en alto una voz,
una voz que insistió terca.
Hice en seco una parada,
volví el rostro, y la voz era
del Marqués de Moncada,
que con otro camarada
estaba al pie de una higuera.
MAGDALENA
¿Quién era el otro?
DON MENDO
El Barón de Vedia, un aragonés
antipático y zumbón
que está en casa del Marqués
de huésped o de gorrón.
Hablamos... ¿Y vos qué hacéis?
Aburrirme... Y el de Vedia
dijo: No os aburriréis;
os propongo, si queréis,
jugar a las siete y media.
MAGDALENA
¿Y por qué marcó esa hora
tan rara? Pudo ser luego...
DON MENDO
Es que tu inocencia ignora
que a más de una hora, señora,
las siete media es un juego.
MAGDALENA
¿Un juego?
DON MENDO
Y un juego vil
que no hay que jugarlo a ciegas,
pues juegas cien veces, mil,
y de las mil, ves febril
que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor,
pues indica que mal tasas
y eres del otro deudor.
Mas ¡ay de ti si te pasas!
¡Si te pasas es peor!
MAGDALENA
¿Y tú... Don Mendo?
DON MENDO
¡Serena escúchame, Magdalena,
porque no fui yo... no fui!
Fue el maldito cariñena
que se apoderó de mí.
Entre un vaso y otro vaso
el Barón las cartas dio;
yo vi un cinco, y dije «paso»,
el Marqués creyó otro el caso,
pidió carta... y se pasó.
El Barón dijo «plantado»;
el corazón me dio un brinco;
descubrió el naipe tapado
y era un seis, el mío era un cinco;
el Barón había ganado.
Otra y otra vez jugué,
pero nada conseguí,
quince veces me pasé,
y una vez que me planté
volví mi naipe... y perdí.
Ya mi peculio en un brete
al fin me da Vedia un siete;
le pido naipe al de Vedia,
y Vedia me pone una media
sobre el mugriento tapete.
Mas otro siete él tenía
y también naipe pidió...
y negra suerte la mía,
que siete y media cantó
y me ganó en la porfía...
Mil dineros se llevó,
¡por vida de Satanás!
Y más tarde... ¡qué sé yo!
de boquilla se jugó,
y se ganó diez mil más.
¿Te haces cargo, di, amor mío?
¿Te haces cargo de mis males?
¿Ves ya por qué no sonrío?
¿Comprendes por qué este río
brota de mis lagrimales?
(Se seca una lágrima de cada ojo)
Yo mal no quedo, ¡no quedo!
¡Quién diga que yo un borrón
eché a mi grey que alce el dedo!...
Y como pagar no puedo
los dineros al Barón,
para acabar de sufrir
he decidido... partir
a otras tierras, a otro abrigo.

¿A que os ha gustao?